miércoles, 7 de julio de 2010

Los de mente débil





Debilidad mental es la capacidad extraordinaria de racionalizar las circunstancias, los atenuantes y los pretextos que borran la responsabilidad moral. Es sentimiento de autocompasión y auto justificación. Es dejar pasar, y luego, buscar en la mente la razón perfecta para no haber hecho nada. Es vivir en el pasado, recordando constantemente esas circunstancias en las que actuando con valor se hubiera hecho lo correcto, pero con gran agilidad la razón dice: “haz hecho lo correcto; no valía la pena; era muy peligroso; tienes una vida hecha, ve por lo seguro”.

Esa satisfacción en sentirse mimados por ellos mismos es en lo que decaen los de mente débil, son incapaces de cualquier sacrificio, y menos aún de soportar los infortunios de la vida, por esto es que jamás se verán salir de las rutinas de la vida, donde se sienten perfectamente protegidos. Nunca van contra corriente y pretenden vivir una eternidad con el resto del ganado, entre quienes se sienten cómodos, pues hablan el mismo idioma. Entre ellos todo es razón, todo es costo y beneficio, todo es utilidad. Nunca se habla de un Yo, de empuje, voluntad o de destino y propósito, sino de un tibio nosotros en el entorno de las masas y su inercia inexorable por la que se dejan arrastrar.

Al de mente débil, la razón le dice que no hay persona mejore que él, pero cuando se topa con un hombre de voluntad baja la mirada, y si su orgullo y amor propio son muy grandes comienza el ataque: “eres de mente débil”; proclama furibundo evidenciando la marca que lo tortura, ese querer y no poder mueve su envidia, su razón, su bendita razón se ve nublada por ésta y no alcanza a comprender que es valor lo que le falta, que es valor también lo que en otros parece locura, y que es valor lo que su corazón reclama por encima de la razón.

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