Atentado Contra Reyes Baeza, o, ¿Contra quién?

Es de todos conocido el atentado que sufrió la escolta de nuestro gobernador, que según sus propias palabras no iba dirigido a él. Es un hecho lamentable, sin lugar a dudas, por el fallecimiento del escolta Alejandro Chaparro Coronel, pero también, digno de análisis en varios puntos:

PRIMERO: Según Reyes Baeza, es un incidente aislado en el que se dio el enfrentamiento porque su escolta cerró el paso a dos vehículos de la marca Volkswagen, de la línea Jetta y Bora, hecho que molestó a los tripulantes de dichos vehículos quienes se bajaron y accionaron fuego contra el convoy del Gobernador. Si esto es cierto, ¿qué le puede esperar a los miles de automovilistas que circulan por las calles de la ciudad? ¿Si nos interponemos en el camino de algún desquiciado, nos baleará simplemente? ¿Hemos vuelto a la ley del viejo oeste?... No les conviene, se los advertimos.

SEGUNDO: El Gobernador insiste en que no era un atentado contra él. Quizá. Se sabe que el crimen organizado no se tienta el corazón, y raramente falla. Si quisieran acabar con el mandatario ya lo hubieran hecho. Es cierto, no iban tras su cabeza, simplemente lo que hacen es dar advertencias, infundir miedo en un ya altamente temeroso Gobernador, es sólo el clásico mensaje de “cuando queramos podamos acabar contigo mi Gober”; para mantenerlo “a la raya”. O apoco creen que nos tragamos el cuento ese de que “le dio un aire y se torció”, por Dios, ni los miles que viven en la Sierra donde de veras hace frío andan con esas tonterías (si el miedo no anda en burro ¿verdad Reyes?).

TERCERO: Es lamentable la muerte de Alejandro Chaparro, pero es de llamar la atención que en este hecho en específico, se capture a alguien, y se manden pedir efectivos al Ejército Federal y a Fuerzas Especiales para investigar el atentado, para poder determinar si era contra el mandatario o “sólo contra sus escoltas”. Pero, y los ocurridos en la Av. Teófilo Borunda, en Plaza Vallarta, en la Av. Independencia y en muchos otros lugares con cámaras de vigilancia, a plena luz del día y con decenas de testigos, ¿no importan? ¿Debemos ser el gobernador para que se investigue a conciencia? ¿Qué pasa con los miles de asesinatos que aún quedan impunes? ¿Qué les dicen a sus familias?

No se hace justicia porque no se quiere hacer justicia. Se habla de toque de queda, de más de 5,000 efectivos para fortalecer el Estado, de operativos conjuntos etc., términos que fácilmente se pueden catalogar como de zona de guerra. Lo estamos, pero bien pueden llegar 5,000, ó 10,000 o todo el Ejército Nacional y la Policía Federal, pero nada se va a hacer hasta acabar con la impunidad, la corrupción y con toda la piara de cerdos que nos dirigen.

Tengan miedo cerdos. Nos han metido en una zona de guerra, e inconscientemente están formando al Ejército más poderoso al que se pueden enfrentar, un Ejército que a una voz clama justicia, un Ejército que no empezó esta guerra, pero la va a terminar…