Extranjero. Empezó trabajando como empleado de la fábrica de medias La Corono, de Puebla. Después vio que el presidente Venustiano Carranza estaba en dificultades, y éste (Jenkins), logró que los estados gringos le dieran el nombre de cónsul (de tercera). ¿Y esto qué? Pues bien, se auto secuestró, invocó ese titulo de cónsul que le garantizaba protección de aquel país y el presidente Carranza tuvo que pagar el rescate que eran 150,000 dólares. Todo una maniobra, aunque algunos como el general Francisco Coss (jefe de operaciones en el estado de Puebla) y Juan Andrew Almazán lo percibieron como tal.
Para esto, Jenkins se volvió el terrateniente en la zona de Atencingo, donde se producía caña de azúcar y alcohol. Se valió de sobornos para traficar con el alcohol en grandes cantidades y sin pagar impuestos. Naturalmente explotaba a los campesinos de aquella zona.
Esto, por supuesto, le trajo mala fama, se puso listo y contrato pistoleros: Manuel Pérez y sus hijos Manuel y Fernando. Mató a muchos, se enumera larga la lista. El líder de Atencingo Teodoro Sánchez Fuentes fue asesinado en Huejotzingo, al líder obrero Vicente Islas González lo acribillaron en Atencingo, a Porfirio Salustio Jaramillo Meneses lo secuestraron y mataron en Acaxuchitlan, Hidalgo (por mencionar algunos, y por supuesto todos estos casos quedaron en la impunidad).
Sobornos y asesinatos eran los instrumentos económicos para que este hombre realizara sus negocios, todo un hombre de éxito. El general Fernando Cueto Fernández, jefe del estado mayor de la zona militar de Puebla rechazó un soborno de este señor, al poco rato de 6 semanas lo cambiaron de zona.
El presidente Abelardo Rodríguez lo hecho del país, le aplico el articulo 33 por “extranjero pernicioso”. Pero después, Lázaro Cárdenas le permitió regresar. Llego con mucho ánimo, hacía donaciones a las monjas trinitarias y daba limosnas para las misiones católicas que iban a la India, sin que Jenkins fuera católico.
Este se hizo amigo de Samuel y Oscar Granat, a los que les compro 3 cines, y así inicio otra serie de compras para formar una cadena de salas de exhibición. De su maleta de exitoso hombres de negocios; el español Jesús Cienfuegos no quería vender su cine a este hombre (cine Guerrero), lo mataron y su viuda tuvo que vender el cine.
Luego se valió de amistades políticas con Rafael y Maximino Ávila Camacho hermanos del presidente, pues el éxito en los negocios requería venganza contra el expresidente que lo hecho del país, y así se hizo, otro éxito fue que Abelardo Rodríguez vendiera su cadena de cines a la de Jenkins.
Para más éxitos, se infiltro en el Banco Cinematográfico a través de su Sociedad Financiera de Inversiones de Puebla, S.A. Desde el banco monopolizó el otorgamiento de créditos dando preferencia a sus amigos. Buena parte del dinero eran aportaciones del gobierno (que a su vez lo saca del pueblo, directamente a las manos de unos pocos y sin trabajarlo). Así rechazó los proyectos mexicanos y dio preferencia a sus amigos como Oscar Brooks, Gregorio Wallerstein, Felipe Mier, Ripstein, Danzinger, Gellman, y otros (pregunta para el lector: ¿hay alguno aquí de apellido mexicano?). Ese monopolio cinematográfico fue la base en los Estudios Cuauhtémoc para construir lo que después sería la red de Televisión de Emilio Azcarraga y O’Farrill.
Jenkins también tenía amistad con el Lic. Ramón Beteta, director de la Nacional Financiera (en la que Jenkins tenia acciones), por quien obtuvo el contrato para la construcción de la carretera México-Querétaro. Resulta que le pagó el gobierno, pero utilizo materiales extremadamente jodidos, se pudrió la carretera y fue reconstruida nuevamente (el gobierno la pagó con dinero del pueblo, llamado impuestos, hasta 2 veces más por su reconstrucción, a eso se le llama éxito en los negocios, que el pueblo trabaje y yo extranjero extraigo sus riquezas).
Jenkins creó la fundación Mary Street Jenkins, que no paga impuestos (quizá los impuestos le pagan a él), pero hace donativos “altruistas” para templos, jardines, campos deportivos, etc. Da aportaciones mayores a la Universidad Autónoma de Puebla, Universidad Iberoamericana y de las Américas que se deslizan en la enseñanza mañas sutiles que desorientan a la juventud, la disuelven y la confunden estando mas propia al engaño y su manipulación (todo con fines políticos disfrazados de “sociales”).
Este es sólo un caso de todo un exitoso hombre de negocios, a la que las mujeres les rinden homenajes por su inteligencia y su éxito rotundo, sin importar los medios con que se obtengan siempre y cuando se tenga DINERO. La pregunta es ¿Cuántos William O. Jenkins existen en estos días en nuestro México? No importa… se acabarán.
miércoles, 8 de abril de 2009
El Magnate William O. Jenkins
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1 comentario:
Pura pendejada lo que dice el texto, se ve que el autor "Conoce" la historia. Que lastima que autores como éste, le hagan mala reputación y fama a una Fundación que lo único que hace es velar por los interéses del Pueblo Mexicano, tratando de Construir un mejor futuro a base de educación, deporte y fomento de cultura mexicana (Exactamente lo que le falta al autor). "Pero bueno, México es así"... VIVIR PARA FREGAR AL PRÓJIMO, EN VÉZ DE VER POR UNO MISMO. Gracias a personas como usted, México es un fracaso y lo seguirá siendo, porque fundaciones altruistas como éstas faltan y personas como usted sobran... Sin fundaciones como esta, México estaría en una revolución por la misma situación (Fregar al de alado).
Creo que tiene mucho que agradecer a instituciones cómo éstas ya que sin ellas, probablemente ustéd no sabría ni escribir.
Saludos
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